S/ Fascículo 5 "Estudiar y aprender en casa" MINISTERIO DE EDUCACION
https://www.buenosaires.gob.ar/educacion/estudiar-y-aprender-en-casa/nivel-primario
Concierto Didáctico Completo: "Un viaje Musical al Mundo de los Intrumentos"
Concierto Didáctico Completo: "Un viaje Musical al Mundo de los Intrumentos" - https://youtu.be/Vw6g-fM26-s
BANDA SINFONICA MARIA ELENA WALSH
Cap 1 - Twist del Monoliso - https://youtu.be/lsRP1HaOuhw
cuadernillos estudiar y aprender en casa
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ADIVINANZAS PRIMER CICLO
- As no soy, as no fui, as no seré hasta el fin. ¿Quién soy?
Respuesta: El asno. - ¿Cuál es de los animales aquel que en su nombre tiene las cinco vocales?
Respuesta: El murciélago. - Si lo escribes como es, soy de la selva el rey. Si lo escribes al revés soy tu Papá Noel.
Respuesta: El león. - Canto en la orilla, vivo en el agua, no soy pescado, ni soy cigarra. ¿Quién es?
Respuesta: La rana. - Un solo portero, un solo inquilino, tu casa redonda la llevas contigo.
Respuesta: El caracol. - Duermo en una cama que jamás se arruga. De todas las hierbas, prefiero la lechuga. Tengo orejas largas y una cola diminuta. Si echamos una carrera, gano sin disputa.
Respuesta: El conejo. - Si preguntas mi nombre mi inicial está en guante y mi segunda letra anda siempre ambulante. La tercera y la cuarta se hallarán en total. Soy el más listo y guapo, pero el menos cordial.
Respuesta: El gato. - En lo alto vive, en lo alto mora, en lo alto teje la tejedora.
Respuesta: La araña. - Porque tengo sangre fría aparezco en primavera en piedras encaramada siempre al sol que más calienta.
Respuesta: La lagartija. - Mamífero rumiante de cuello alargado, por el desierto errante siempre anda jorobado.
Respuesta: El camello. - Sal al campo por las noches si me quieres conocer, soy señor de grandes ojos, cara seria y gran saber.
Respuesta: El búho. - No lo parezco y soy pez, y mi forma la refleja una pieza de ajedrez.
Respuesta: El caballito de mar. - Cargadas van, cargadas vienen y en el camino no se detienen.
Respuesta: Las hormigas. - Es la reina de los mares, su dentadura es muy buena, y por no ir nunca vacía, siempre dicen que va llena.
Respuesta: La ballena. - Desde hace miles de años hemos transportado al hombre; ahora nos lleva escondidos en el motor de sus coches.
Respuesta: El caballo. - Mala fama a mi me han hecho porque el barro es mi elemento. A algunos de mis hermanos les meten monedas dentro.
Respuesta: El cerdo. - A veces soy mensajera y símbolo de la paz; en los parques y jardines también me podrás encontrar.
Respuesta: La paloma. - Canta cuando amanece y vuelve a cantar cuando el día desaparece.
Respuesta: El gallo. - Viste de chaleco blanco y también de negro frac. Es un ave que no vuela. ¿Quién será?
Respuesta: El pingüino. - Dos pinzas tengo, hacia atrás camino, en el agua vivo, en el mar o en el río.
Respuesta: El cangrejo.
- Mamífero rumiante de cuello alargado, por el desierto errante siempre anda jorobado.
CAPERUCITA ROJA
Caperucita Roja
"No te preocupes, haré bien todo," dijo Caperucita Roja, y tomó las cosas y se despidió cariñosamente. La abuelita vivía en el bosque, como a un kilómetro de su casa. Y no más había entrado Caperucita Roja en el bosque, siempre dentro del sendero, cuando se encontró con un lobo. Caperucita Roja no sabía que esa criatura pudiera hacer algún daño, y no tuvo ningún temor hacia él. "Buenos días, Caperucita Roja," dijo el lobo. "Buenos días, amable lobo." - "¿Adonde vas tan temprano, Caperucita Roja?" - "A casa de mi abuelita." - "¿Y qué llevas en esa canasta?" - "Pastel y vino. Ayer fue día de hornear, así que mi pobre abuelita enferma va a tener algo bueno para fortalecerse." - "¿Y adonde vive tu abuelita, Caperucita Roja?" - "Como a medio kilómetro más adentro en el bosque. Su casa está bajo tres grandes robles, al lado de unos avellanos. Seguramente ya los habrás visto," contestó inocentemente Caperucita Roja. El lobo se dijo en silencio a sí mismo: "¡Qué criatura tan tierna! qué buen bocadito - y será más sabroso que esa viejita. Así que debo actuar con delicadeza para obtener a ambas fácilmente." Entonces acompañó a Caperucita Roja un pequeño tramo del camino y luego le dijo: "Mira Caperucita Roja, que lindas flores se ven por allá, ¿por qué no vas y recoges algunas? Y yo creo también que no te has dado cuenta de lo dulce que cantan los pajaritos. Es que vas tan apurada en el camino como si fueras para la escuela, mientras que todo el bosque está lleno de maravillas."
Caperucita Roja levantó sus ojos, y cuando vio los rayos del sol danzando aquí y allá entre los árboles, y vio las bellas flores y el canto de los pájaros, pensó: "Supongo que podría llevarle unas de estas flores frescas a mi abuelita y que le encantarán. Además, aún es muy temprano y no habrá problema si me atraso un poquito, siempre llegaré a buena hora." Y así, ella se salió del camino y se fue a cortar flores. Y cuando cortaba una, veía otra más bonita, y otra y otra, y sin darse cuenta se fue adentrando en el bosque. Mientras tanto el lobo aprovechó el tiempo y corrió directo a la casa de la abuelita y tocó a la puerta. "¿Quién es?" preguntó la abuelita. "Caperucita Roja," contestó el lobo. "Traigo pastel y vino. Ábreme, por favor." - "Mueve la cerradura y abre tú," gritó la abuelita, "estoy muy débil y no me puedo levantar." El lobo movió la cerradura, abrió la puerta, y sin decir una palabra más, se fue directo a la cama de la abuelita y de un bocado se la tragó. Y enseguida se puso ropa de ella, se colocó un gorro, se metió en la cama y cerró las cortinas.
Mientras tanto, Caperucita Roja se había quedado colectando flores, y cuando vio que tenía tantas que ya no podía llevar más, se acordó de su abuelita y se puso en camino hacia ella. Cuando llegó, se sorprendió al encontrar la puerta abierta, y al entrar a la casa, sintió tan extraño presentimiento que se dijo para sí misma: "¡Oh Dios! que incómoda me siento hoy, y otras veces que me ha gustado tanto estar con abuelita." Entonces gritó: "¡Buenos días!," pero no hubo respuesta, así que fue al dormitorio y abrió las cortinas. Allí parecía estar la abuelita con su gorro cubriéndole toda la cara, y con una apariencia muy extraña. "¡!Oh, abuelita!" dijo, "qué orejas tan grandes que tienes." - "Es para oírte mejor, mi niña," fue la respuesta. "Pero abuelita, qué ojos tan grandes que tienes." - "Son para verte mejor, querida." - "Pero abuelita, qué brazos tan grandes que tienes." - "Para abrazarte mejor." - "Y qué boca tan grande que tienes." - "Para comerte mejor." Y no había terminado de decir lo anterior, cuando de un salto salió de la cama y se tragó también a Caperucita Roja.
Entonces el lobo decidió hacer una siesta y se volvió a tirar en la cama, y una vez dormido empezó a roncar fuertemente. Un cazador que por casualidad pasaba en ese momento por allí, escuchó los fuertes ronquidos y pensó, ¡Cómo ronca esa viejita! Voy a ver si necesita alguna ayuda. Entonces ingresó al dormitorio, y cuando se acercó a la cama vio al lobo tirado allí. "¡Así que te encuentro aquí, viejo pecador!" dijo él."¡Hacía tiempo que te buscaba!" Y ya se disponía a disparar su arma contra él, cuando pensó que el lobo podría haber devorado a la viejita y que aún podría ser salvada, por lo que decidió no disparar. En su lugar tomó unas tijeras y empezó a cortar el vientre del lobo durmiente. En cuanto había hecho dos cortes, vio brillar una gorrita roja, entonces hizo dos cortes más y la pequeña Caperucita Roja salió rapidísimo, gritando: "¡Qué asustada que estuve, qué oscuro que está ahí dentro del lobo!," y enseguida salió también la abuelita, vivita, pero que casi no podía respirar. Rápidamente, Caperucita Roja trajo muchas piedras con las que llenaron el vientre del lobo. Y cuando el lobo despertó, quizo correr e irse lejos, pero las piedras estaban tan pesadas que no soportó el esfuerzo y cayó muerto.
Las tres personas se sintieron felices. El cazador le quitó la piel al lobo y se la llevó a su casa. La abuelita comió el pastel y bebió el vino que le trajo Caperucita Roja y se reanimó. Pero Caperucita Roja solamente pensó: "Mientras viva, nunca me retiraré del sendero para internarme en el bosque, cosa que mi madre me había ya prohibido hacer."
También se dice que otra vez que Caperucita Roja llevaba pasteles a la abuelita, otro lobo le habló, y trató de hacer que se saliera del sendero. Sin embargo Caperucita Roja ya estaba a la defensiva, y siguió directo en su camino. Al llegar, le contó a su abuelita que se había encontrado con otro lobo y que la había saludado con "buenos días," pero con una mirada tan sospechosa, que si no hubiera sido porque ella estaba en la vía pública, de seguro que se la hubiera tragado. "Bueno," dijo la abuelita, "cerraremos bien la puerta, de modo que no pueda ingresar." Luego, al cabo de un rato, llegó el lobo y tocó a la puerta y gritó: "¡Abre abuelita que soy Caperucita Roja y te traigo unos pasteles!" Pero ellas callaron y no abrieron la puerta, así que aquel hocicón se puso a dar vueltas alrededor de la casa y de último saltó sobre el techo y se sentó a esperar que Caperucita Roja regresara a su casa al atardecer para entonces saltar sobre ella y devorarla en la oscuridad. Pero la abuelita conocía muy bien sus malas intenciones. Al frente de la casa había una gran olla, así que le dijo a la niña: "Mira Caperucita Roja, ayer hice algunas ricas salsas, por lo que trae con agua la cubeta en las que las cociné, a la olla que está afuera." Y llenaron la gran olla a su máximo, agregando deliciosos condimentos. Y empezaron aquellos deliciosos aromas a llegar a la nariz del lobo, y empezó a aspirar y a caminar hacia aquel exquisito olor. Y caminó hasta llegar a la orilla del techo y estiró tanto su cabeza que resbaló y cayó de bruces exactamente al centro de la olla hirviente, ahogándose y cocinándose inmediatamente. Y Caperucita Roja retornó segura a su casa y en adelante siempre se cuidó de no caer en las trampas de los que buscan hacer daño.
CUENTO EL PATITO FEO
El día más caluroso del verano mamá pata escuchó de repente…¡cuac, cuac! y vio al levantarse cómo uno por uno empezaban a romper el cascarón. Bueno, todos menos uno.
- ¡Eso es un huevo de pavo!, le dijo una pata vieja a mamá pata.
- No importa, le daré un poco más de calor para que salga.
Pero cuando por fin salió resultó que ser un pato totalmente diferente al resto. Era grande y feo, y no parecía un pavo. El resto de animales del corral no tardaron en fijarse en su aspecto y comenzaron a reírse de él.
- ¡Feo, feo, eres muy feo!, le cantaban
Su madre lo defendía pero pasado el tiempo ya no supo qué decir. Los patos le daban picotazos, los pavos le perseguían y las gallinas se burlaban de él. Al final su propia madre acabó convencida de que era un pato feo y tonto.
- ¡Vete, no quiero que estés aquí!
El pobre patito se sintió muy triste al oír esas palabras y escapó corriendo de allí ante el rechazo de todos.
Acabó en una ciénaga donde conoció a dos gansos silvestres que a pesar de su fealdad, quisieron ser sus amigos, pero un día aparecieron allí unos cazadores y acabaron repentinamente con ellos. De hecho, a punto estuvo el patito de correr la misma suerte de no ser porque los perros lo vieron y decidieron no morderle.
- ¡Soy tan feo que ni siquiera los perros me muerden!- pensó el pobre patito.
Continuó su viaje y acabó en la casa de una mujer anciana que vivía con un gato y una gallina. Pero como no fue capaz de poner huevos también tuvo que abandonar aquel lugar. El pobre sentía que no valía para nada.
Un atardecer de otoño estaba mirando al cielo cuando contempló una bandada de pájaros grandes que le dejó con la boca abierta. Él no lo sabía, pero no eran pájaros, sino cisnes.
- ¡Qué grandes son! ¡Y qué blancos! Sus plumas parecen nieve .
Deseó con todas sus fuerzas ser uno de ellos, pero abrió los ojos y se dio cuenta de que seguía siendo un animalucho feo.
Tras el otoño, llegó el frío invierno y el patito pasó muchas calamidades. Un día de mucho frío se metió en el estanque y se quedó helado. Gracias a que pasó por allí un campesino, rompió el frío hielo y se lo llevó a su casa el patito siguió vivo. Estando allí vio que se le acercaban unos niños y creyó que iban a hacerle daño por ser un pato tan feo, así que se asustó y causó un revuelo terrible hasta que logró escaparse de allí.
El resto del invierno fue duro para el pobre patito. Sólo, muerto de frío y a menudo muerto de hambre también. Pero a pesar de todo logró sobrevivir y por fin llegó la primavera.
Una tarde en la que el sol empezaba a calentar decidió acudir al parque para contemplar las flores, que comenzaban a llenarlo todo. Allí vio en el estanque dos de aquellos pájaros grandes y blancos y majestuosos que había visto una vez hace tiempo. Volvió a quedarse hechizado mirándolos, pero esta vez tuvo el valor de acercarse a ellos.
Voló hasta donde estaban y entonces, algo llamó su atención en su reflejo. ¿Dónde estaba la imagen del pato grande y feo que era? ¡En su lugar había un cisne! Entonces eso quería decir que… ¡se había convertido en cisne! O mejor dicho, siempre lo había sido.
Desde aquel día el patito tuvo toda la felicidad que hasta entonces la vida le había negado y aunque escuchó muchos elogios alabando su belleza, él nunca acabó de acostumbrarse.
Bandera wiphala
Bandera wiphala
La bandera wiphala, emblema wiphala o wiphala es el símbolo de los pueblos indígenas del Tahuantinsuyo, que abarca la zona andina de Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. La wiphala describe una superficie cuadrangular dividida en 49 cuadros, coloreados diagonalmente con los colores del arcoíris.
Existen cuatro versiones de la wiphala, apenas diferenciadas por el orden de los colores. Cada versión representa a una de las regiones del Tahuantinsuyo ('cuatro territorios' en lengua quechua). Estos territorios son: Collasuyu, Chincasuyu, Antisuyu y Cuntisuyu. La wiphala más conocida es la de Collasuyu, donde se encuentran los aimara o aymara.
Significado de la bandera wiphala
El significado de la wiphala es muy complejo, ya que representa la cosmogonía de los pueblos del Tahuantinsuyo. Simboliza dos valores fundamentales de las etnias andinas: el Pachakama, un principio de orden Universal, y la Pachamama, que refiere a la Madre Tierra, al cosmos. Todo se enlaza en los valores de la solidaridad, la hermandad y la comunidad.
Algunos investigadores plantean que en la época precolombina la wiphala se relacionaba con actividades cotidianas o económicas (agricultura, textiles, etc.), y estaba ligada al calendario inca.
La wiphala también es símbolo de las tradiciones y costumbres, de las alegrías y las penas compartidas. Así, se enarbola en las celebraciones comunitarias, las fiestas solemnes, las festividades populares indígenas, los bailes, etc.
Actualmente, la wiphala se ha convertido en símbolo de la resistencia indígena frente a las prácticas político-económicas modernas de dominación. Asimismo, es símbolo de la diversidad cultural o, más concretamente, de la igualdad y la unidad en la diversidad.
La palabra wiphala proviene de la cultura aimara o aymara. Se forma por la unión de dos términos: wiphai, que alude a exclamación de triunfo, y laphaqi, cuya traducción aproximada es ‘objeto que ondea en el viento’.
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Significado de los colores de la wiphala
Los colores de la wiphala están tomados del arcoíris, que las culturas del Tahuantinsuyo interpretan como referencia a los antepasados. Cada color tiene un significado específico.
- Azul: espacio cósmico y su influencia en el mundo terreno.
- Amarillo: fuerza y energía, ligados a los principios morales y valores de solidaridad.
- Blanco: tiempo y proceso de transformación que trae el crecimiento intelectual y del trabajo. Símbolo también de los Markas (comarcas) y Suyus (regiones).
- Naranja: símbolo de la cultura y de la sociedad, así como de la preservación de la especie.
- Rojo: representa al planeta.
- Verde: economía, ligada a la tierra y el territorio.
- Violeta: orden político e ideológico de la propia cultura.
Historia de la bandera wiphala
El origen histórico de la wiphala es incierto. Se sabe que los elementos esenciales del diseño de la wiphala existían desde la época precolombina, pero no como una bandera sino como una suerte de emblema, ya que las banderas fueron introducidas en América por los europeos.
Existen referencias en el arte aborigen y en el arte de la colonia que dan cuenta de la existencia de textiles y otros implementos donde aparece la forma básica de la wiphala.
La bandera wiphala del pueblo aimara se comenzó a difundir ampliamente en el mundo contemporáneo en la década de 1970. Esto se debió a las movilizaciones y protestas de los sindicatos indígenas campesinos que tuvieron lugar en Bolivia durante ese período.
En el año 1987 en Bolivia, un grupo de investigadores se abocaron a la tarea de investigar los símbolos de las culturas del Tahuantinsuyo y los registros que delatan la presencia y evolución de la wiphala. A partir de esta investigación, se construyeron las versiones actuales de la wiphala.
La wiphara aimara o del Collasuyu fue reconocida constitucionalmente como símbolo del Estado de Bolivia desde el año 2008, durante la gestión de Evo Morales.
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